por la inconciencia
que no detienen su andar.
Ocurrió este domingo
alrededor de las 7 horas
en la vereda frente a la
Casa de la Cultura
¿sabremos quién fue el
responsable de ocasionar las roturas?
La desaprensión social provocada por ilustres fantasmas de la inconciencia no tiene límites en su accionar sombrío. Cierta irresponsabilidad -que suele tener rostro visible con nombre y apellido, muchas veces fácil de identificar-, goza impunemente del accionar violento y cargado de maldad. Posiblemente porque tienen un aliado incontrolable que se llama alcohol, al cual tampoco no se ha podido ponerle frenos. Este flagelo social también producto de la falta de educación, afecta -según estadísticas de organismos nacionales- día a día a familias enteras que sufren los designios que provoca el consumo de alcohol en exceso. Un peligroso cóctel que involucra al estado en relación directa como agente contralor. Muchos hechos suelen ser crónica policial con esa relación. Sucesos, a veces inexplicables, gozan de impunidad como lo sucedido en diagonal Merino 3270. Este domingo alrededor de las 7 horas, según indicaran testimonios que “escucharon un fuerte golpe” producido quizás por “una camioneta, quizás de gran porte” –dijeron- para arrancar literalmente de cuajo uno de los pesados postes que contenía el cartel de madera de Casa de la Cultura, arrancándole la mitad de la pesada tabla que identificaba la casa municipal, edificio del club El Refugio donde funciona cultura. Lo lamentable de lo sucedido tiene el resultado de la impotencia y el gasto que le produce al estado la reposición de lo que quedó roto. Roturas que paga el buen contribuyente con sus impuestos.
Increíble que alguien NORMAL pueda cometer acto semejante. Lamentablemente eso también ES UN ACTO DE CULTURA, quizás la cultura de la falta de una ESCALA actualizada DE VALORES. Si la vida tiene valor relativo hoy....POBRE GENTE los que participaron en esto.
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